10 octubre, 2012

Bienvenue à Carcassonne et Narbonne

Por fin voy a visitar una de las ciudades de las cuales hacia tiempo que tenia ganas de ir a ver, Carcassonne.
Me quedé con ganas de ir a visitarla en mi visita a Toulouse hace ahora casi un año, así que aprovechando una oferta de un portal de Internet nos dirigimos hacia esta ciudad.
Su ciudadela amurallada está declarada Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO desde 1997 y esto es lo que yo tenia ganas de ver, la antigua ciudad medieval!

Sábado por la mañana emprendemos el viaje desde Barcelona que nos llevan casi tres horas de coche hasta Carcassonne y a nuestro hotel situado al lado del Canal du Midi y de la estación de tren, a 20 minutos escasos de la ciudadela andando, así que aparco el coche y no lo volveremos a tocar hasta el domingo para irnos.

Aprovechamos que es mediodía para ir a recorrer un poco el centro de la ciudad y buscar así algún sitio dónde comer, después de comer vamos un rato al hotel a descansar hasta que caiga un poco el sol e ir a visitar la ciudadela por la tarde y como no por la noche.
La ciudadela en si la visitas en una hora escasa, por dentro esta muy bien conservada, todo restaurado y ambientando, aunque todo lleno de tiendas de souvenirs y restaurantes.
Por la noche, todo cambia, la ciudadela se queda más tranquila y todo adquiere otro ambiente y otro aire más místico.
Como creo que he contado ya en alguna que otra ocasión todo lo medieval es una cosa que me fascina y al recorrer esas calles me imagino como seria aquello hace 800 años, así que dejo a mi imaginación volar y que se ponga a fantasear con lo que una vez pudiera haber habido ahí.
No podemos entrar al castillo ya que este cierra sus puertas a las 6 de la tarde y es la hora a la que llegamos así que nada, disfrutamos sus vistas por fuera, cenamos callejeamos un poco en el ambiente nocturno y a dormir que estamos cansados.
Ya la mañana siguiente es momento de ir a comprar 4 cosas típicas en la ciudadela, volver a disfrutar de las vistas y dirigirnos a Narbonne a comer.
Narbonne no tiene mucha historia, ni es una ciudad bonita, a mi parecer, simplemente la Catedral que se haya medio destruida, o inacabada, no lo se y que en 15 minutos esta más que visitada. Paramos en un bar para comer un bocadillo y proseguimos nuestro camino de regreso a casa.

Un fin de semana de desconexión necesario para poder aclarar ideas y romper esta rutina que nos envuelve diariamente.

Gracias por la compañía este fin de semana, ha sido el primero pero espero que no sea el último!

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