30 junio, 2011

Fonts del Llobregat

Esta vez nos vamos a visitar Castellar de N’Hug donde nos encontraremos sus enormes Croissant, las Fuentes del Llobregat, y a medio camino hacia la Pobla de Lillet los Jardines Artigues y el Museu del Ciment.

La primera parada que hacemos es a las Fuentes del Llobregat, que se puede acceder desde dos sitios, desde la Pobla de Lillet subiendo hacia Castellar de N’Hug hay un desvío a mano izquierda que indica el acceso y llegas a las Fuentes desde abajo, o si no, un camino mas corto es desde Castellar de N’Hug, donde en escasos 10 minutos y muchísimas escaleras llegas a las fuentes. 
 
 

Las fuentes son increíbles, tuvimos mucha suerte porque la semana anterior a nuestra visita fue una semana de fuertes lluvias en todo el territorio Catalán, eso sumado al deshielo en el que nos encontrábamos (estábamos a mediados de Abril) hacían que de las cascadas brotasen unos chorros inmensos de agua sumado a lo verde que estaba todo daba gusto.

Después de visitar el nacimiento del Río Llobregat nos decidimos a dar una vuelta por el pueblo con la excusa de buscar un sitio en el que comer y ya de paso al ser domingo tener una excusa para poder ver la carrera de MotoGP que aquel día se disputaba en Le Mans.

 
 

Una vez encontrado el sitio en el que comer y descansar un ratito nos dirigimos hacia los Jardines Artigues

 
 
 
 

Los Jardines Artigues están construidos íntegramente en cemento aunque asimilan como si fueran troncos de árboles, ramas entrelazadas, etc., fueron diseñados por Antoni Gaudí, arquitecto de edificios tan famosos y emblemáticos como la Sagrada Familia, La Pedrera (Casa Milà) o el parque Güell, todos ellos situados en Barcelona.

 
 
 

Los Jardines formaban parte de la antigua casa de la familia Artigues, pero cuando estos se mudaron de allí decidieron donar el Jardín a la Diputación de Barcelona que es quien actualmente lo conserva y explota.

Al ser las 15.30 – 16.00 de la tarde estamos solos en los Jardines con lo que podemos disfrutarlos completamente como si de nuestro propio jardín privado se tratase.

Disfrutamos sentados bajo sus árboles y en sus sombras y una vez hemos podido sentir y contemplar lo que los dueños de esa casa deberían sentir en su momento decidimos que es hora de volver a casa, no sin antes parar ha tomar un café en Ripoll para retomar fuerzas.

A se me olvidaba, si pasáis por Castellar de N’Hug comprar uno de sus Croissant Gigantes, eso si, compartirlo con la familia si no es que sois muy golosos!

Saludos Viajantes!