17 junio, 2015

Conociendo el Pre-Pirineo

Era domingo y la alarma sonó a las 6 de la mañana, menos mal que lo había dejado preparado todo la noche anterior porque a esas horas es fácil dejarse alguna cosa…

Ups! A todo esto no os he dicho para que me levante tan pronto, pues hoy iba a ir a un sitio que hacía mucho tiempo que tenía ganas de pisar, ya que las fotos que cuelgan en Instagram me parecen alucinantes, hoy iba a ir a la Serra D’ensija, serra de qué?

Os sitúo, Serra D’ensija, antesala del Cadí, a tocar del Pedraforca y de Berga donde si tienes suerte (yo no la tuve) tienes unas vistas excepcionales al Cadí, y hacia el otro lado, Catalunya a tus pies.

Me dirigí a Fumanya, un pequeño centro de excavaciones arqueológicas dónde se pueden hallar fósiles de dinosaurios, desde ahí cogemos una pequeña pista por el Torrent de la Font dels Cóms, pasamos al lado de una casa con caballos y empezamos a coger un sendero en constante subida, hay que seguir las marcas del PR (Amarillas y blancas) a través de un espeso bosque en el que poco a poco iremos divisando la salida del sol y como empieza a calentarlo todo…
Una vez que lleguemos arriba del todo tendremos dos opciones (marcadas en un cartel) girar a la izquierda para dirigirnos hacia el Refugi d’ensija, o como hice yo volver a descender por la otra vertiente de la montaña siguiendo el camino que nos lleva a través del Barranc de les Llobateres, un barranco precioso, pero que al haber llovido el día anterior estaba un poco resbaladizo así que toco extremar las precauciones para no pegarnos una buena leche, aunque no me libre de algún resbalón sin mayor importancia.

Una vez llegado a la carretera solo hay que seguirla durante apenas 1 kilómetro para volver a subir ahora si hacia el refugio siguiendo esta vez el Torrent de la Font D’ensija, que está un poco sucio debido a las grandes lluvias y riadas que han sucedido.
Una vez llegados a las praderas dónde se encuentra el refugio, sitio encantador y en el que me hubiera gustado quedarme una noche y poder disfrutar de la tranquilidad que aquí se respira (queda pendiente) toca seguir hacia el punto más alto de la zona, la Gallina Pelada (2325m) y desde aquí reseguir la carena para descender a la zona más escarpada de estos lares.
Siguiendo la carena hay un momento que te encuentras con unos puntos rojos marcados en roca y árboles, yo descendí por aquí pero sé que siguiendo un poco más la carena hay otro punto de bajada, ambos llevan al mismo lugar el GR-107 (Camí dels Bons Homes) hay que decir que este punto no es apto para gente con vértigo ya que se pasa por caminos escarpados y algo técnicos, así que si no tienes la confianza o el nivel para progresar por zonas escarpadas de roca, mejor vuelve por el camino de del refugio.

Una vez pasado este punto ya solo queda reseguir el GR que nos hace pasar al lado de salientes de piedras que parece que se nos echen encima y paredes verticales y desplomadas que te dejan sin aliento.
Una vez finalizado este tramo ya solo nos quedará seguir por la pista pasando por El Ferrús una masía abandonada, por Peguera un pueblo abandonado situado a los pies de una gran roca en un lugar idílico y bucólico.
Una vez pasamos esta zona y hasta llegar al punto del que hemos salido no tiene mucho más a destacar, una pista ancha y cómoda y un último tramo de carretera.
Hay que decir que la ruta es exigente, 21km y 1500+ yo lo hice corriendo y tarde alrededor de 4 horas de marcha.

Es un lugar poco conocido pero con un encanto increíble y por suerte muy poco transitado por lo que te hace todavía estar en contacto con la auténtica naturaleza.

Salut i muntanya!

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