12 agosto, 2010

Roma (1ª Parte)

Miércoles, 24 de marzo ‘10

Por fin todo ha empezado, después del trabajo llegan las vacaciones.

Preparativos previos a cualquier viaje y por supuesto los nervios que esta vez han aflorado mas tarde de lo habitual.

Nos dicen que el barco zarpa a las 22.15 y que una hora antes tenemos que estar allí para embarcar, pero los transportes marítimos no cumplen tan bien sus horarios de salida como los terrestres o aéreos.
 
Ya subidos en el barco e instalados en el camarote nos dirigimos a inspeccionar el navío.

Nos situamos en la popa y cenamos, dejamos pasar un poco el tiempo hasta que zarpe nuestro barco.
Son las 00.00 de la noche que barco empieza a moverse para salir así del puerto de Barcelona y tras él nos deja unas vistas nuevas de la ciudad condal.

Mañana será un día largo en el barco, habrá que tomárselo con paciencia, mucha paciencia.

 
 
Jueves, 25 de marzo ‘10
Empieza el día en el barco. Como no entra nada de luz por ningún lado no tenemos referencia de qué hora es salvo por el reloj (estamos en un camarote interior).

Nos levantamos y nos dirigimos a desayunar a cubierta, hace un día esplendido, un sol radiante, algo de niebla pero nada más. Cuando finalizamos el desayuno me doy realmente cuenta de que el día de hoy será uno de los días más largos y aburridos de mi vida, mires hacia donde mires solo hay agua y en el barco no hay mucha diversión que digamos.
Pensaba que me marearía, y que soy propenso a ello, pero descubro que no, es agradable navegar, pasamos el día como buenamente podemos, tomamos un poco el sol, paseamos por el barco, en definitiva intentamos pasar el rato y decido ponerme a escribir algunas líneas para el blog.

Pasamos entre Córcega y Cerdeña pero nos pilla justo en la hora de comer y lo divisamos a través de los ojos de buey.

Poco a poco el barco se acerca a su destino y a lo lejos divisamos Civitavecchia el puerto que da la bienvenida a Italia y por consiguiente nuestro destino, Roma.
Por fin amarra y pisamos suelo firme tras más de 18 horas de viaje. Una vez en tierra cogemos un autobús que nos lleva a la estación de Civitavecchia. Allí tenemos que coger el tren que nos llevara hacia Termini (Roma) y que sale en escasos 3 minutos, así que por última vez ultimo transporte y una hora más tarde por fin pisamos la capital del que una vez fuera el mayor imperio del mundo.
No nos es muy complicado encontrar el hotel, está situado en un buen sitio y tranquilo, me gusta la zona pero el hotel podría estar mejor.

Dejamos las maletas en el hotel y nos vamos a cenar, primera noche y primer plato típico, gnocchi, ¿mañana que tocara, pasta o pizza?




Viernes, 26 de marzo ‘10

Primer despertar en la bella Roma, 8.30 suena el despertador hora en la que sonará los próximos días.

A las 9.45 ya salimos del hotel con destino a las antigüedades de Roma; El Foro romano, Palatino y el Coliseo.

A medio camino ya nos están sobrando las chaquetas, así que a la mochila seguirán el resto del dia.

Pasamos primero San Carlo Quattro Fontane, son cuatro fuentes en las cuatro esquinas en el cruce de las calles Via della Quattro Fontante y XX Settembre que cambia de nombre y se llama Via Quirinale, que es la que nos lleva hacia la Piazza del Quirinale donde se encuentra la residencia oficial del Presidente de la Republica Italiana.
Tras ella nos dirigimos hacia El Foro romano y Palatino, no sin antes pasar por el mercado de Trajano y El foro de Trajano, ya me empiezo a dar cuenta de la gran dimensión y la increíble magnificencia del antiguo imperio, y eso que todavía me queda lo más grande.
 
Proseguimos y por fin llegamos al Foro Romano, compramos las entradas (nosotros nos hicimos con el Roma Pass, amortizamos el pase que cuesta 25€, entrando sin pagar y sin colas en 4 sitios y sin pagar el metro durante 3 días) es grandioso, te sientes tan pequeño, empiezas a imaginar como transcurrían las vidas hace ya más de 2 milenios, todo en un estado de conservación bastante bueno, de ahí a que puedas dejar volar tu imaginación.
Más de tres horas andando y viendo como vivían, o mejor dicho imaginándote como vivían.

Tras todo esto vamos a comer a un Ristorante donde cae el segundo plato, pizza “roma”, muy buena por cierto.

Al terminar de comer otra de las tradiciones que no podían faltar il gelatto, un helado de 3 bolas, de distintos sabores, en cucurucho. Buenísimos tanto los sabores como la galleta, eso sí he tenido un dilema en el momento de escoger los sabores, pero creo que al final he acertado con la decisión y con la heladería también, una pequeña heladería alejada del bullicioso Coliseo que hace esquina, os diré un secreto, entré porque habían unas monjas simpáticas fuera comiendo unos helados y si hay monjas es que tiene que ser bueno.
Una vez degustado el helado nos dirigimos hacia el Coliseo, de nuevo espectacular, no hay palabras para describirlo, es una sensación de pequeñez la que te invade que asusta.
Como al salir de allí todavía es pronto nos vamos hacia la Fontana di Trevi y la Piazza di Spagna, dejamos atrás la Piazza di Venezia¸ que ya tendremos tiempo de visitar más adelante.
En la Fontana cumplimos con la tradición de arrojar una moneda a ver si se cumple esto de que volveremos a Roma.
La Fontana di Trevi es bellísima en las fotos parece una fuente pequeña en una plaza enorme y es todo lo contrario, es una fuente enorme en una plaza pequeña, todo es increíble así que nos quedamos un rato disfrutando de las vistas.
Seguimos hacia la Piazza di Spagna, subimos sus escalinatas y estamos allí un ratito disfrutando de las vistas que se nos ofrecen delante nuestro y dirigirnos tras una larga jornada hacia el hotel.
Al finalizar nuestro primer día estamos destrozados, han sido 8 horas andando por Roma, pero mañana nos espera otro mejor, así que esta noche a descansar.

Ducha, cena y a dormir.

Buonanotte.

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